Por Juan Ignacio Navarro Castellanos
Responsable de Soluciones de Gestión del Transporte en Minsait (jinavarroc@minsait.com)
Vivimos tiempos difíciles, seguramente los más complicados desde el fin de la Segunda Guerra Mundial. El COVID-19 ha generado una crisis sanitaria sin precedentes, en el que el sector logístico está respondiendo de manera ejemplar. En Minsait, una compañía de Indra, estamos constatando que el transporte está transformándose hacia modelos mucho más colaborativos.
Salimos a diario a nuestros balcones a homenajear al personal sanitario por el encomiable esfuerzo que realiza, pero no podemos olvidarnos tampoco de otros héroes que están velando por que les llegue el material necesario para trabajar con la debida protección, o para que estén abastecidos todos los supermercados del país.
Los transportistas y operadores logísticos trabajan contrarreloj y a veces hasta la extenuación para hacer de eje vertebrador entre los productores de bienes de primera necesidad y los consumidores de los mismos, ya sea personal sanitario… o alguien como tú o como yo que lleva metido en casa varias semanas y necesita llenar la nevera.
En un contexto normal, la exigencia y presión hacia el operador logístico o distribuidor ya es elevada, debido al auge del e-commerce, que se traduce en que el consumidor espera que el artículo que acaba de adquirir le llegue en 24 – 48 horas. En un contexto excepcional como este al que nos enfrentamos esta exigencia se multiplica.
Ya no hablamos de un cliente descontento porque recibió su pedido con un día de retraso, sino de las vidas que puede salvar entregar material sanitario a tiempo. Ante esta situación, la tecnología juega un papel crítico en el reto de mantener unos niveles de cumplimiento de servicio, adaptar los procesos a una situación cambiante o reorientar la actividad productiva hacia nuevas líneas de negocio.
Colaboración como elemento clave para superar situaciones excepcionales
Un aspecto fundamental es la comunicación efectiva con todos los interlocutores involucrados en la cadena de suministro. No hay más que ver cómo nos beneficiamos durante el confinamiento de las redes sociales y las video-llamadas para estar un poco más cerca de nuestros seres queridos. Del mismo modo, el operador logístico o transportista se puede beneficiar de las herramientas que la tecnología pone a su disposición para mantener una comunicación óptima con sus proveedores y clientes que le permita mantener esos niveles de servicio esperados.
La existencia de bolsas de carga, redes sectoriales e iniciativas similares son algo habitual en el sector desde hace varios años, y suponen un punto de acceso a los colaboradores externos y clientes. Estas bolsas facilitan el proceso de subcontratación y dotan a las expediciones de una capa de trazabilidad y monitoreo esencial para cumplir con el objetivo de entregar a tiempo.
Esto permite, por ejemplo, compartir espacios de carga, identificar nuevos proveedores de transporte que puedan ser clave para obtener unas tarifas más competitivas o para asegurar el servicio en momentos en los que el operador logístico experimente picos de demanda, como puede ser el caso del Black Friday o las fechas navideñas. De igual forma, en situaciones excepcionales como la que vivimos, puede suponer un factor diferencial para reorientar nuestra actividad hacia las líneas de negocio más demandadas para hacer frente a esta tesitura.
La tendencia actual pasa por evolucionar dichas bolsas de carga hacia nubes públicas, que se integran con los sistemas de planificación y gestión del transporte. Por este motivo, los principales fabricantes tecnológicos se han lanzado a crear sus propias redes de colaboración, y desde Minsait nos ocupamos del asesoramiento, desarrollo, configuración e implementación de las mismas en nuestros clientes.
Un ejemplo de estas redes sería la plataforma Logistic Business Network (LBN) que ofrece SAP, dentro de su solución Transport Management. Lo relevante de esta iniciativa es su modelado como red de redes, lo que ofrece la posibilidad al operador de ir más allá de su propia red y poner el foco en determinadas subtareas del transporte que pueden ser relevantes.
Frente a las bolsas de carga o de ruta habituales la apuesta de SAP pone el foco en abrir nuevos espacios de colaboración más allá de la subcontratación, y en integrar esta herramienta con los procesos de negocio del operador logístico.
Algunos de los beneficios que aportan este tipo de redes colaborativas e integradas son:
- Envío automático de las cargas al transportista contratado para que pueda planificar a tiempo el vehículo y conductor que realizará el servicio
- Generación de subastas de viajes spot entre los distintos proveedores de servicios integrados en la red para obtener la mejor tarifa y asegurar el envío
- Visibilidad completa de los costes de transporte hacia los proveedores que facilita los procesos de disputa y autoliquidación al tener comunicación directa.
Otra tendencia destacada es la evolución hacia una economía colaborativa en todos los sectores, lo que coloquialmente se ha conocido como “uberización”. No hay mejor ejemplo de ello que el acuerdo estratégico al que llegaron en 2019 SAP y Uber Freight para integrar éste último a Logistic Business Network. Esto permite a los operadores, expedidores y clientes acceder a tarifas de la red de transportistas digitalmente activada de Uber, compuesta por conductores y transportistas contrastados. Se trata, en definitiva, de disponer de una herramienta operativa para obtener cotizaciones en tiempo real y capacidad de flete garantizada, lo que redunda en una gestión y ejecución de cargas mucho más simplificada, a la vez que minimiza el kilometraje sin carga, reduciendo así el nivel de emisiones derivado de la subutilización de vehículos.
Hacia una visibilidad y trazabilidad total
La tecnología resulta determinante para mejorar la trazabilidad y visibilidad de la ejecución del transporte, aspecto cada vez más demandado por los clientes, que en todo momento exigen saber el estado de envío de su pedido en tiempo real, horarios de entrega y recibir notificaciones ante cualquier cambio o re-planificación.
En este sentido, funcionalidad como la proporcionada por Global Track & Trace incluida en Logistic Business Network supone un espejo digital del estado de la cadena de suministro, proporciona el seguimiento entre lo planificado y lo ejecutado, mediante la captura de eventos reportados manualmente por el conductor, a través de un aplicativo en su móvil, o automáticos al soportar la integración con IoT (Internet de las cosas), como por ejemplo el GPS integrado en un vehículo o cualquier otro sensor que sea relevante.
Adicionalmente, la trazabilidad en tiempo real permite reaccionar ante cualquier imprevisto o evento inesperado, incluso de forma automática en base a reglas de negocio predefinidas, como por ejemplo el envío de notificaciones o replanificaciones automáticas.
Es indispensable, en un entorno cada vez más globalizado, que el envío de la información de la ejecución pueda ser fácilmente compartido con todos los interlocutores involucrados, entre ellos el cliente, reportando cada hito completado en la expedición, así como de cualquier desviación sobre lo planificado. Se puede ir un paso más allá y obtener la hora de llegada estimada, que es uno de los valores diferenciales de Project44, la plataforma de visibilidad avanzada líder en el mundo para transportistas y empresas de logística, también integrada con SAP LBN.
El resultado: una nueva cultura social, una nueva estrategia corporativa
Es evidente la enorme importancia de la colaboración entre empresas, especialmente en la cadena logística.
Estamos viendo cómo situaciones excepcionales han logrado transformar los conceptos de competidor y proveedor hacia el paradigma de colaborador en su sentido más puro, ya que se ha puesto en valor lo que nos une y el objetivo común. Se han dejado de lado la competencia y la rivalidad entre empresas para asumir los principios de colaboración, transparencia y empatía. Si somos capaces de que estos valores permanezcan intrínsecamente ligados a nuestra cultura corporativa, podría considerarse como un bagaje positivo que deja esta crisis, en contraposición al impacto humano y económico que ha provocado en la sociedad.
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